En muchos de los casos que manejamos, existe un consenso social bastante fuerte de que aquellos que cometen actos negligentes merecen ser considerados responsables ante aquellos a los que han dañado. Pero cuando se trata de incidentes relacionados con el uso negligente de armas de fuego, existe una desafortunada tendencia a considerarlos simplemente como accidentes trágicos e inevitables de los que nadie es realmente responsable. Aunque ciertamente hay algunas situaciones en las que este es el caso, también hay un montón de situaciones vistas de esta manera en las que hay una relación causal directa entre el uso descuidado de alguien de un arma de fuego y la lesión o muerte de otra persona.
Un caso litigado por nuestro bufete ilustra por qué es tan importante exigir responsabilidades a los propietarios irresponsables de armas cuando su uso descuidado o la entrega de las mismas perjudica a otra persona. Un joven y su amigo estaban jugando en un granero convertido en sala de juegos, mientras un vecino disparaba con un rifle a una diana situada en el lado opuesto de un estanque cercano. Como resultado, una bala alcanzó a uno de los jóvenes en el granero, causándole heridas graves que pusieron en peligro su vida.
Como las declaraciones de los testigos difieren, no está del todo claro si el vecino estaba disparando directamente al granero o si estaba disparando al blanco cuando su bala rebotó en la superficie del estanque y entró en la estructura. Pero sea cual sea la descripción exacta de los hechos, el proyectil acabó alcanzando a uno de los dos jóvenes, hiriéndole de gravedad.
Afortunadamente, el joven sobrevivió a sus lesiones y pudimos resolver el caso con éxito, consiguiendo que su familia recibiera una indemnización por el sufrimiento físico y emocional, así como por los gastos médicos a largo plazo, derivados del incidente.
Nuestro argumento en este caso se basó en una sección de la ley sobre responsabilidad por armas de fuego conocida como manejo negligente. Esencialmente, esto significa que la persona que maneja un arma capaz de causar lesiones graves o la muerte tiene lo que la ley llama un deber de cuidado para hacerlo de manera responsable para evitar poner en peligro a los demás. Si no lo hace y alguien resulta herido, la persona responsable puede ser considerada responsable a través de nuestro sistema de justicia civil.
En el caso del hombre que disparó desde el otro lado del lago, tenía el deber de no disparar sin saber si podía haber personas dentro del alcance de su arma, y de no disparar a un blanco que podía rebotar. Parte de la tenencia responsable de un arma de fuego consiste en conocer y practicar todas las normas de seguridad necesarias para evitar que terceras personas inocentes resulten heridas o muertas.
Al igual que conducir un coche o servir alcohol a alguien, poseer y usar armas de fuego es una de esas actividades que pueden convertirse fácilmente en peligrosas si no se hace con la debida precaución y respeto a los riesgos. Y cuando alguien no lo hace, nuestra firma está lista para asegurarse de que paguen el precio.